viernes, 2 de septiembre de 2011

Capítulo 10#


Papá, papá... —comenzó a pedir la pequeña Aurora.
Dime Aurori —dijo Alfonso cogiendo en brazos a su hija.
Tengo que ir al baño...
¿Si? —él miró a su hija a los ojos sonriendo— Esperamos a que se bajen mami y la pequeñaja y te acompañan al baño.
¡No —la chica se enfadó. Su padre pensaba que tenía tres años, ¡pero ya tenía seis! Podía ir al baño sola, como la pequeñaja—, puedo ir yo sola!
Bueno, mira, allí tienes unos baños. ¡Corre!
¡Gracias papi! —dijo Aurora dándole un beso en la mejilla a su padre y echando a correr.
Alfonso miró como su hija pequeña se metía en lo lavabos del parque. Entonces miró la atracción donde las otras dos chicas de su vida estaban subidas. Justo en ese momento la atracción estaba cogiendo altura. Vio a su mujer con cara de susto y también vio a su hija levantando las manos hacia el cielo. La atracción tardó apenas cinco segundos en salir disparado. Aquel chisme, según Alfonso, daba vueltas y más vueltas hasta que se volvió a subir. Después de unos tres segundos volvió a bajar y dio las mismas vueltas pero al revés.
¡Papá! ¡Esto ha sido increíble!
¿Si pequeñaja? Me alegro de que te haya gustado.
Oye Alfonso —comenzó a decir Neme—, ¿dónde está Aurora?
En el baño, vamos para allá.
No sabía porque, pero Cristina tenía un mal presentimiento. Siempre que sentía algo así se metía las manos en los bolsillos traseros de su pantalón. Un momento, ¿qué era aquello?
En su bolsillo derecho había una pequeña nota. Ella no había metido nunca una nota allí... Además, había comprobado que no llevaba nada en ellos antes de irse de viaje.
En la nota ponía lo siguiente:
Sabes que acabarás llamándome: 693884592. Un besazo, Smith(L)
¿Smith? ¿Quién coño era ese? ¡Oh! ¡Claro! ¡El de la bicicleta! Seguro que le había metido eso allí cuando la ayudó a levantarse. Pero... ¿qué se creía? Por dios... No lo llamaría nunca. O eso pensaba ella...
En ese momento llegaron a los baños. Nemesia entró a los baños. Tres minutos después salió desesperada.
¡¿Dónde está?! ¡¿Dónde está mi pequeña?! —gritó la madre.
Cariño, tranquilízate. ¿No está hay dentro? —Alfonso también se estaba poniendo nervioso.
¡No joder, no está hay dentro!
Su madre se sentó en un banco y se puso a llorar. Cristina se sentó con ella y la abrazó.
Mi niña, mi preciosa niña —sollozaba Nemesia.
Tranquila mamá.
¡No joder! ¡No!
Entonces se levantó del banco, sacó una foto de su hija desaparecida de la cartera y comenzó a enseñársela a todo el mundo preguntando si alguien la conocía.
Cristina empezó a llorar como una niña chica. Su hermana estaba desaparecida. ¡No, por favor! No podía evitar las lágrimas. Veía a su madre preguntándole a todo el mundo si la habían visto y llorando un poco más cada vez que le decían que no. Veía también a su padre apoyado en la pared llorando como nunca.
Cuando tu madre llora sabes la gravedad del asunto, pero cuando tu padre llora sabes que todo está perdido...
¡Un momento! Aún quedaba una cosa, una oportunidad. Si, había que intentarlo.

2 comentarios:

  1. una cosilla, ya que nadie te suele comentar...
    La frase: "Cuando tu madre llora sabes la gravedad del asunto, pero cuando tu padre llora sabes que todo está perdido..."
    Es de 1 desmotivaciones o 2 Cuanta razon,
    es extraño, pero como escritora te pregunto ¿lo pusistes por poner algo...o para que la gente piense que es tuyo?
    En seri no te ofendas, es solo una pregunta de escritora a escritora

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  2. No, la frase esa no es mía, ya lo se. Pero la leí en Desmotivaiones y me pareció muy bonita, y que pegaba mucho en esta parte de la historia. Si la frase te la inventaste tú, lo siento mucho y ahora mismo la quito si quieres. Pero que no creo que a nadie le moleste que esté allí puesta, ya que es solo una frase.

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